Cocina para Falsos
Una de mis virtudes ocultas (tan ocultas que Ti todavía no la conoce en toda su extensión) es que me encanta todo lo que tenga que ver con la cocina (no, no es que me emocione cada vez que paso por una tienda de muebles de la ídem). La Gastronomía, así con mayúsculas, y todo lo que tiene que ver con ella llama mi atención de manera muy poderosa. Soy capaz de levantarme a las diez de la mañana un domingo sólo para no perderme el programa de cocina de Eva Arguiñano. O se me van los ojos detrás de cualquier revista de cocina cuando paso por el kiosco de mi barrio. O doy palmitas cuando alguien al que le he dicho que me gusta tal o cual plato que ha cocinado, me pasa la receta. O encuentro una maravillosa web/portal de cocina navegando por Internet y la agrego a “Favoritos”.
Ayer, paseando por la blogosfera, di con un blog de cocina, que realmente NO era un blog de cocina. (¡sorpresa!). Era un manual de supervivencia para singles, parejas que no comen juntas por no coincidir sus horarios, estudiantes de Erasmus compartiendo piso y mileuristas con poco tiempo.
Su filosofía es clarísima: Su cocina es una "cocina para impostores". Gente con poco tiempo que quiere quedar bien sin pasarse tres horas en la cocina. Chef Falsarius, autor del blog, se corona como el impostor mayor del reino sin pudor alguno y mereciéndose el título con creces. Aquel capaz de hacer una receta con esa lata de sardinas en aceite tan poco apetitosa que tenemos en el fondo del armario y triunfar como la cocacola, merece cuanto menos cuatro tenedores, aunque sean de plástico.
Si buscas alta cocina, no entres aquí. Si buscas ideas para hacer algo de provecho con una gamba y un sobre de sopa de cebolla hazlo, no te arrepentirás.
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