Philadelphia
“Philadelphia”. Jonathan Demme (1993)
El miedo a lo desconocido que había marcado el descubrimiento del VIH en el mundo en los años 80, encontraba en los años 90 síntomas de futura esperanza. Las investigaciones farmacéuticas aún daban sus primeros pasos y la falta de información se cobraba víctimas con crueldad. Familiares, esposos y esposas, amigos, compañeros de trabajo que echaban de su lado al afectado pensando que ese familiar/ esposo o esposa/ amigo/compañero de trabajo era una gran amenaza para su vida. En este sentido, Philadelphia fue una película que aún hoy nos alecciona sobre esta enfermedad y que nos mostró en su momento que los afectados siguen siendo, ante todo, personas.
Hoy, año 2006, la información ha inundado nuestros medios de comunicación. Los fármacos van llegando a quienes han ido sobreviviendo al terrible destino que un día les fue marcado por un “+” en un papel de resultados de una analítica de sangre. La sociedad ha cambiado su papel y la comprensión ha ganado la batalla al miedo. Al menos en los países desarrollados.
La XVI Conferencia Mundial sobre Sida 2006 que se está celebrando estos días en Toronto (Canadá) sigue alertando sobre lo mucho que queda por hacer, sobre todo en los países africanos en los que aún los medicamentos están fuera del alcance de la mayoría de enfermos. La mujer africana, por desgracia, sigue siendo la más perjudicada por todo ello. La poca capacidad de elección que se les deja para evitar ser contagiadas hace que el porcentaje aumente día a día. Lo más grave es que no sólo ellas resultan afectadas por la enfermedad, si no también los hijos que engendran. Es tan preocupante que hasta Bill Gates y su esposa, Melinda Gates, llaman a la acción a los gobiernos y anuncian su intención de realizar donaciones millonarias para paliar el sufrimiento de estas mujeres en todo lo posible, para hacerles llegar los fármacos y hacer lo necesario para evitar nuevos contagios que hagan que la enfermedad avance.
Información para todos. Medicinas para todos. Y gracias a Tom Hanks por sensibilizarnos sobre el Sida a través de los ojos de un personaje cuyo único crimen fue amar sin protección.
Link imprescindible para saber más: http://www.elmundo.es/elmundosalud/especiales/2003/12/sida-10preguntas/index.html
El miedo a lo desconocido que había marcado el descubrimiento del VIH en el mundo en los años 80, encontraba en los años 90 síntomas de futura esperanza. Las investigaciones farmacéuticas aún daban sus primeros pasos y la falta de información se cobraba víctimas con crueldad. Familiares, esposos y esposas, amigos, compañeros de trabajo que echaban de su lado al afectado pensando que ese familiar/ esposo o esposa/ amigo/compañero de trabajo era una gran amenaza para su vida. En este sentido, Philadelphia fue una película que aún hoy nos alecciona sobre esta enfermedad y que nos mostró en su momento que los afectados siguen siendo, ante todo, personas.
Hoy, año 2006, la información ha inundado nuestros medios de comunicación. Los fármacos van llegando a quienes han ido sobreviviendo al terrible destino que un día les fue marcado por un “+” en un papel de resultados de una analítica de sangre. La sociedad ha cambiado su papel y la comprensión ha ganado la batalla al miedo. Al menos en los países desarrollados.
La XVI Conferencia Mundial sobre Sida 2006 que se está celebrando estos días en Toronto (Canadá) sigue alertando sobre lo mucho que queda por hacer, sobre todo en los países africanos en los que aún los medicamentos están fuera del alcance de la mayoría de enfermos. La mujer africana, por desgracia, sigue siendo la más perjudicada por todo ello. La poca capacidad de elección que se les deja para evitar ser contagiadas hace que el porcentaje aumente día a día. Lo más grave es que no sólo ellas resultan afectadas por la enfermedad, si no también los hijos que engendran. Es tan preocupante que hasta Bill Gates y su esposa, Melinda Gates, llaman a la acción a los gobiernos y anuncian su intención de realizar donaciones millonarias para paliar el sufrimiento de estas mujeres en todo lo posible, para hacerles llegar los fármacos y hacer lo necesario para evitar nuevos contagios que hagan que la enfermedad avance.
Información para todos. Medicinas para todos. Y gracias a Tom Hanks por sensibilizarnos sobre el Sida a través de los ojos de un personaje cuyo único crimen fue amar sin protección.
Link imprescindible para saber más: http://www.elmundo.es/elmundosalud/especiales/2003/12/sida-10preguntas/index.html
Etiquetas: Mundo
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