jueves, enero 21, 2010

El Museo del Romanticismo

Tiempo ha que tenía ganas de visitar el Museo Romántico, sito en Madrid y Museo Nacional (gestionado por el Ministerio de Cultura). Había sido misión imposible al estar éste de obras desde hacía casi diez años aunque me interesaba de vez en cuando por la fecha en la que terminarían. Al fin, el 3 de Diciembre de 2009 se reinauguró como “Museo del Romanticismo” y los madrileños, españoles, góticos de pro y visitantes del mundo pudimos empezar a disfrutar de él.


Ayer aproveché que mi amigo E. tenía la tarde libre y nos fuimos en amistad y compaña a visitarlo. Los dos salimos encantados, aunque tuvimos que verlo con cierta prisa o nos hubieran multado los señores malos que controlan las zonas de aparcamiento azul del centro de Madrid.


Empezaré diciendo que aunque en Europa como tal el Romanticismo comienza a finales del S.XVIII (Alemania e Inglaterra) y principios del S.XIX, en España se considera este periodo todo lo comprendido entre 1833 y 1868 (coincidiendo con el reinado de Isabel II).Mientras que en Europa este movimiento supuso el rebelarse contra la tradición clasicista y las reglas establecidas en el arte (búsqueda constante de la libertad; expresión de sentimientos; interés por la naturaleza, la vida, el hombre…) en España se da de manera más moderada sin que suponga una renovación hacia un arte original o nuevo. En pintura, por ejemplo, encontraremos una gran cantidad de retratos o de episodios costumbristas o de realzamiento de lo nacional, en detrimento del paisajismo tan presente en el Romanticismo Inglés.


Pero volviendo al museo. El palacio que lo alberga es de estilo Neoclásico (1776) y aunque fue morada de nobles (perteneció a los Marqueses de Matallana y durante el período Romántico fue habitado por el Conde de la Puebla del Maestre) el Estado lo adquiere en 1924 para convertirlo en Museo Romántico. Los primeros fondos se constituyen aprovechando la colección donada por el Comisario Regio de Turismo (Benigno de la Vega Inclán), fondos que se irán ampliando hasta los más de 11.000 actuales (sin contar los fondos documentales, que pasan de 4.000).



El museo del Romanticismo se constituye desde un principio como un “museo de ambiente”. Una Casa-Museo donde, aparte de mostrar los valiosos fondos (pintura, mobiliario, artes decorativas, etc…) se recrea la vida de la época para que el visitante pueda sumergirse en ella y conocer de primera mano cómo gente de carne y hueso “usaba” las estancias, los muebles, los objetos o cómo se relacionaban familiar y socialmente.


La visita como tal me pareció deliciosa. Sin entrar en detalles sobre cada sala (tendréis que verlas con vuestros propios ojos, sentir vuestras propias sensaciones para poder disfrutarlo mejor) destacaría las fotografías familiares colocadas sobre pianos y consolas, la colección de abanicos, la representación de carnés de baile (maravillosos) y el “confidente” (según definición de la RAE: “Canapé de dos asientos, especialmente aquel cuya forma permite a una persona sentarse enfrente de otra” que servía para contarse secretos).


Sala en la que se encuentra el confidente (sillon dcha. con forma sinuosa) y comedor


Me he documentado gracias a ésto , además de lo visto, leído y vivido ayer.


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1 comentarios:

Anonymous Ginimira ha dicho...

very good!! Thanks & besos..
;-)

lunes, febrero 22, 2010  

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