Revenge
Me gustan los chicos con falda. Pero no cualquier falda ni cualquier chico. Góticos. Mejor si llevan falda larga y poderosas botas llenas de remaches. Cada vez que mi mirada se cruza con uno, se me van los ojos tras él hasta que me digo a mi misma: “no es un trozo de carne” “es una persona” “basta de mirarle con lujuria”, “soy una mujer, no un machista babeando por un culito respingón o unos pechos turgentes”… Las mujeres llevamos tanto tiempo luchando por la igualdad “de facto” sin conseguir más que pequeñas victorias que más de una es lógico que quiera tomarse la justicia por su mano y se diga: “que diablos, ¿no lo hemos aguantado nosotras durante siglos?. Pues ahora van a saber lo que vale un peine”. En el fondo se trata de cometer los mismos “errores” que ellos pero a la inversa. Hacerles sentir la incomodidad que te recorre el cuerpo y te hace apretar los dientes cuando se trata de una mirada lujuriosa no deseada. O la mala leche que se te pone con un piropo lanzado con brutalidad y sin pizca de respeto. Supongo que los habrá que no se dan cuenta de la humillación que supone (como mi amigo J. al que quiero mucho pero que cada vez que suelta un chiste sexual-machistoide-bastohastalamédula me dan ganas de hacerle el harakiri con una cuchara). Señores, esto puede que fuera excusa para los hombres de cro-magnon, pero no para el hombre del siglo XXI y de lo que se supone debería ser: Humano.
Etiquetas: Goth
2 comentarios:
Trata de entendernos; la mayoría de los hombres nacemos como homo sapiens... Pero después llega la adolescencia e involucionamos no ya al cromagnon... Sino un pelín antes.
Al algunos (pocos, lo reconozco) se nos pasa con el tiempo (o, al menos, aprendemos a fingir mejor)...
Sé que es una pobre excusa... Pero al menos es verdad
la adolescencia no es excusa!
besukis.
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