lunes, noviembre 26, 2007

La Cuesta de Noviembre o porqué este año todo el mundo odia la Navidad

Este año, en vez de la cuesta de Enero, los cuasi mileuristas estamos sufriendo la cuesta de Noviembre. Que se dice pronto pero jo#e un montón. Resulta que el año pasado cambié de trabajo allá por primavera, y claro, como de un pagador pasé a tener dos pagadores, según Hacienda era mi obligación hacer la declaración aunque mi sueldo anual bruto no superaba los 18.000 € (más quisiera yo). “Asombrosamente”, me salió a pagar. Y no una cantidad simbólica. Más de 300 €. Tras el soponcio inicial, porque es una cantidad que así de una vez me deja sin comer un mes, opté por fraccionar el pago en dos (no, si hasta habrá que darles las gracias por dar esa opción y todo). En verano se cobraron el primero vía c/c y, religiosamente, me han pasado el segundo a principios de este mes. Eso me ha dejado tiritando, no sin comer, pero sí tiritando. Añádase la subida de los precios (maldito cereal), el alquiler, la luz, Internet, el Carrefour y réstese todo del sueldo. Una ruina vaya. Todo sube menos mi salario, que debe ser que está cómodo como está y no se levanta ni con el IPC.

No quiero ni pensar en cómo será la de Enero, con la Navidad por en medio tentando al consumidor. Esas luces, esos arbolitos de Navidad de diseño, esas cigalas que dicen “cómeme”, esos Reyes Magos que tiran de ayudantes humanos que les compran los regalos y a los que luego no pagan…Por el momento, en mi casa este año no habrá cordero para nochebuena como todos los años (vean el precio y asústense).

Leo por doquier en prensa gratuita y algunos blogs que la gente, más que ilusionada, está agobiada por el desembolso económico que supondrá la llegada de las Fiestas. Hacen el TOP 10 de lo más inaguantable de la Navidad (cenas de empresa, gastar por gastar, día de los inocentes…) y el desaliento hace mella como si Jack Skeleton hubiera mandado secuestrar a Papá Noel (otra vez) y el Grinch viviera de incógnito entre nosotros. Conozco gente que hasta está maquinado la excusa perfecta para no tener que acudir a ciertos eventos familiares (si tienen que aguantar a los malcriados hijos de sus primos segundos otro año más, directamente se hacen mahometanos).

Este año no hay alegría. Y eso tampoco es. Quizás la solución pase por pensar en lo positivo (que lo hay) como volver a ver a seres queridos que viven lejos y cantar con ellos “Pedro y Juan, Pedro y Juan, eran dos hermanos…la lalalalaa” como todos los años; o ver la cara de ilusión de tus hermanos pequeños al abrir los regalos; las risas cuando te atragantas con las uvas o tener buenos propósitos para el año nuevo aunque luego no cumplas ni la mitad.

Recuerda que aunque no le regales el cojoreloj a tu padre, él será feliz sabiendo que le quieres. Y dormirá más tranquilo sabiendo que tu cuesta de Enero del 2008 va a ser menos empinada.

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3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Imagínate mi cuesta de noviembre al haberme trasladado a otro país, con los gastos que supone empezar desde cero...

lunes, noviembre 26, 2007  
Blogger Necio Hutopo ha dicho...

Pues eso, que había una campaña que decía algo así como: "Regale afecto, no lo compre"...

Ahora el problema es, cómo lo envuelvo?

martes, noviembre 27, 2007  
Blogger Sheena ha dicho...

uf, además "ese" país que tiene fama de carísimo... mucha suerte, Irene Jansen.

Regalar afecto es muy buena idea siempre, sr, Necio hutopo. No lo dude, compre un lazo rojo bien grande, se lo pone donde más le guste y se regala así mismo a quien quiera. Triunfa seguro.
besukis!!

martes, diciembre 04, 2007  

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