Y de Terapia...Karaoke

Viernes 19 de Enero. Mi móvil suena: “tararata tararata tararata tatatata…. [B.S.O. Piratas del Caribe]
- ¿Diga?
- …bla bla bla
- ¿Un cumpleaños? ¿Hoy? ¿de Zarajota y de El Hombre Malo?... ¡¡¡ ¿En un Karaokeeeeee?!!! ¡ni de Blas!
- …bla bla bla
- ¡Que no me vas a convencer!
- …bla bla bla… te haré eso que tanto te gusta…bla bla bla….
- Bueeeeeno, me has convencido. ¡Pero va a cantar Rita!

Y.. a Rita no la conocí, o al menos nadie me la presentó. Pero terminé pensando “micrófono bueeeeno” “el micrófono es mi amiiiiigo” mientras cantaba -entre otras- “En tu fiesta me colé” y “Mujer contra Mujer (Mecano), “A quien le importa” (Alaska) o “Material Girl” (Madonna). Todas ellas con la inestimable ayuda de Be y, cuando ésta me dejó sola ante la audiencia ejecutando una idea malvada del hombre malo, con la de David.
Yo había tenido una única experiencia con un karaoke, una vez, hace muuuuuchos años (cuatro o cinco) y llevando encima tres copazos de vodka con kiwi que mis malvados amigos de aquel entonces habían tenido a bien ir poniendo en mis manos a lo largo de la noche. Desbanqué totalmente a Doña Conchita Velasco con una interpretación de “Soy una Chica Ye yé” que ya la hubieran querido los participantes de la primera edición de OT. Durante la semana siguiente, esos amigos estuvieron descojonándose de una servidora y relatando a diestro y siniestro lo graciosa (yo diría ridícula más bien, pero eran mis amigos y los amigos no dicen esas cosas de otros amigos) que había estado micrófono en mano y dando saltitos ye yé por todo el escenario.
Dicen que para borrar un recuerdo vergonzoso lo mejor es enfrentarse a él haciendo de nuevo aquello que te dio vergüenza (y no me preguntéis quien dijo esta sabia frase, que no tengo ni idea). Os aseguro que funciona porque bastante jorobada está la vida como para encima vivirla con miedos y vergüenzas.
Y de terapia: Karaoke.